La navegación comercial solía hacer su recorrido sin perder de vista la costa. Los navegantes eran expertos en el vuelo de los pájaros y en el adiestramiento de palomas mensajeras para enviar mensajes a destino. Cada día hacían unos 25-30 millas marinas y en los promontorios cercanos a los puertos se instalaban templos que servían de guía a gran distancia a los marineros para saber cuanto quedaba para llegar a puerto a pernoctar. La navegación nocturna era muy peligrosa.
Esta entretenida animación de un minuto de duración se ha publicado originalmente en una página muy interesante denominada Balawat dedicada a la arqueología multimedia. Tiene su gracia e incluso incluye una “pequeña historia de amor”. Disfrutadala.
Vía: balawat
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